«C’alial es un sello que otorga prestigio. Hemos de creérnoslo y apostar por productos de calidad reconocida», Alejandro Romeo Egea, de Melsa

Hoy estrenamos una serie de entrevistas a través de las que nos gustaría que conocieseis la gran labor de las empresas y profesionales que que llevan hasta la mesa nuestros productos C’alial. Podemos presumir de contar con grandes productores aragoneses que representan y respetan los modos tradicionales de producción y defienden un impacto positivo para nuestro medio ambiente.

La inauguramos haciéndole unas cuantas preguntas a Alejandro Romeo Egea, miembro de la familia Melsa y responsable de producto y ventas en la empresa.

– Detrás de “Melsa” hay más de 150 años de historia de una empresa familiar que siempre ha estado al pie del cañón. Cinco generaciones que gracias a su empuje y dedicación han conseguido convertir el negocio en todo un referente de éxito. ¿Cuál es la esencia que conserváis desde los inicios?

Las cosas cambian y los gustos también, pero desde los inicios nos acompañan los mismos valores; honestidad, búsqueda de la excelencia, ilusión, cariño y respeto por lo que hacemos.

– Si hablamos en cifras, ¿qué evolución ha experimentado la empresa en cuanto a volumen de producción e incremento de plantilla durante las últimas décadas?

Si nos remontamos a los años 90, la empresa ha experimentado un importante crecimiento, hemos triplicado la producción y doblado la plantilla.

– Y, ¿en cuanto a avances tecnológicos en el proceso de elaboración, cuáles son los más recientes que habéis implementado?

Actualmente todas las empresas nos vemos inmersas en un proceso de “transformación digital”. Este proceso abre enormes posibilidades de mejora pero, como cualquier transformación, no es nada sencilla. En nuestro caso, ha sido clave la implantación de un nuevo sistema de gestión (ERP) en el que se integran todos los procesos de trabajo de la empresa. Esta herramienta nos ha permitido disponer de una información veraz y actualizada, en tiempo real, que nos ayuda a tomar decisiones mas acertadas.

Otro importante avance en los procesos de elaboración ha venido de la mano del trabajo continuo para conseguir etiquetas limpias, es decir, eliminar el gluten, los alérgenos y minimizar los conservantes.

– Vuestra tienda de Graus es una de las carnicerías más antiguas de Aragón y, en contraste, hace solo unos 6 años que abristeis las puertas de la tienda “Melsa” de Zaragoza, ubicada en Avenida Goya. ¿Qué tal ha sido la acogida de la capital aragonesa?

Hoy podemos decir que la acogida ha sido muy buena y los resultados de la tienda van mejorando día a día. Lo que verdaderamente perseguimos es la consolidación como una tienda referente de calidad y buen producto de Aragón y esto solo se consigue con el tiempo. Si hablamos de los primeros años, no hace falta decir que, como en cualquier nuevo proyecto, los comienzos no son fáciles. Se han de probar muchas cosas para ir quedándose con aquellas propuestas que más interesan a los clientes, esto te fuerza a evolucionar y ser muy dinámico. Para nosotros, sin duda, la apertura de la tienda ha sido un gran aliciente que nos ha hecho y nos sigue haciendo mejorar.

– Quien pasa por ellas, no se va sin al menos una Longaniza de Graus… ¿Qué tiene que nadie puede resistirse?

Es un producto muy conocido, fácil de comer, sencillo, de calidad, económico y sabroso. ¿Qué más se le puede pedir?

– ¿Seguís preservando la receta centenaria que la ha hecho tan conocida?

Sí, nuestras recetas son centenarias y tratamos de preservar la esencia de los productos para que sean “los de siempre”. Si bien, es cierto, que se han actualizado. Tal y como he comentado anteriormente hemos realizado un trabajo muy importante para hacerlos aptos para todo el mundo, eliminando gluten, alérgenos y conservantes. Podemos decir que son las recetas de siempre, para todos.

– Y casi tan famosa como la longaniza es su fiesta. La “Fiesta de la longaniza de Graus” ha alcanzado su edición número 27. Se trata de un evento muy exitoso que rompe récords y reúne a miles de personas. Pero, ¿cómo se vive desde la trastienda?

La fiesta se vive como un cúmulo de emociones, tradición, nervios, responsabilidad y sobre todo ilusión. Es algo que se ha de conocer porque es verdaderamente muy impresionante. Aprovecho la oportunidad para invitar a todo el mundo a venir y acompañarnos durante la fiesta el último fin de semana de julio.

– Desde la distancia, ¿qué recordáis de aquellas primeras ediciones?

En las primeras ediciones yo era muy pequeño, fue mi padre José Luis (Pepe Melsa), junto con el resto de fabricantes de longaniza de Graus, quienes iniciaron la fiesta. Mi padre siempre nos cuenta que la fiesta ha cambiado mucho, en las primeras ediciones era una iniciativa puramente privada, existía mucha incertidumbre y no se sabía como iba a funcionar, sin embargo, hoy en día es una fiesta plenamente consolidada que se ha convertido en patrimonio de todo el pueblo.

– En “Melsa”, además del sabor más tradicional y reconocible de la longaniza, también apostáis por la innovación, aportando continuamente muchas novedades… ¿Podríais darnos un adelanto de los maridajes y nuevos productos en los que estáis trabajando actualmente?

Desde hace unos años estamos trabajando en una nueva gama de productos elaborados con cerdo de “Latón de la Fueva”, unos cerdos criados en libertad en el valle de la Fueva que gozan de una genética recuperada de los antiguos cerdos pirenaicos. Para conseguir esta gama de productos realizamos un trabajo continuo, en estrecha colaboración con nuestro productor, la familia Borruel Salinas. Siempre trabajamos bajo la premisa de la adaptación de nuestros productos a la genética de cerdos y no la inversa.

– Recibisteis el Premio Empresarial de la mano de la Asociación Celíaca Aragonesa, por el esfuerzo que ha supuesto transformar la fábrica para elaborar productos sin gluten. ¿Cuántas referencias tenéis aptas para celíacos?

Todos nuestros productos son aptos para celiacos con excepción de las tortetas y las trenzas de longaniza. Las tortetas porque son un producto muy típico del Alto Aragón al que se asocian unos sabores que se consiguen con la harina de trigo y las trenzas de longaniza porque se elaboran con hojaldre.

– Si alguien quiere conocer más de cerca vuestra historia y vivir, de primera mano, el proceso de elaboración de vuestros productos, puede realizar un recorrido guiado por vuestras instalaciones, con degustación. ¿Qué es lo que más les sorprende a los visitantes?

Les suelen sorprender tres cosas. Primero, la tienda del 1933, construida íntegramente en mármol; segundo, la antigüedad de la empresa, de más de cinco generaciones; por último, “la trastienda”. Lo que parece un pequeño obrador se convierte en una fábrica de 1.200 m², distribuida en dos plantas.

– Por curiosidad y dada la experiencia que tenéis en la familia… ¿Tenéis algún truquillo especial a la hora de cocinar la longaniza?

Hay una costumbre muy extendida que es pinchar la longaniza antes de cocinarla, sin embargo, nosotros creemos que la mejor forma de cocinarla es sin pincharla, haciéndola lentamente. Así queda más jugosa.

– Por respetar los sabores y modos de producción tradicionales, vuestra longaniza cuenta con la distinción del sello C’alial. ¿Qué beneficios consideráis que os ha aportado?

El sello C’alial es un sello de garantía que certifica que los productos que ampara cumplen con unos parámetros de calidad estipulados, así como las industrias que los elaboran, esto se traduce en una garantía de calidad para el consumidor.

– Para acabar, ¿animaríais a otros productores aragoneses a solicitarlo?

Sin lugar a duda, el sello C’alial es un sello que otorga prestigio a las marcas que lo ostentan. Hemos de creérnoslo y apostar por productos de calidad reconocida.

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